Helicobacter pylori: Tratamiento, causas y efectos de esta bacteria, responsable de buena parte de las gastritis y sus posibles complicaciones
¿Qué es la bacteria Helicobacter Pylori?
Hasta hace bien poco la bacteria denominada H. Pylori (en un primer momento se bautizó como «Campylobacter pyloridis») era una perfecta desconocida. Nadie sabía de su existencia, y nadie podía imaginarse que pudiese sobrevivir y campar a sus anchas en un medio tan ácido como es el interior del estómago, lo cual, precisamente, es lo que la caracteriza. Una bacteria única en su especie y que parece sacada de la literatura pulp o de alguna película de terror, o puede que incluso diseñada ex profeso por alguna mente perversa, pues resulta soprendente como poco que no se vea afectada en modo alguno por el ácido hidroclorhídrico, y de esta forma sea capaz de infectar la mucosa del epitelio gástrico, produciendo gastritis; que no gastroenteritis (no son lo mismo, a pesar de que se tiende a confundir los términos). Una bacteria que si no se ataja a tiempo puede producir lesiones mayores como úlceras pépticas y cáncer de estómago.
¿Cómo se introduce la bacteria h pilory en nuestro organismo?
La infección se produce principalmente por vía oral, es decir, mediante la ingesta de bebidas o alimentos contaminados. Puesto que la bacteria Helicobacter Pylori se halla presente en las heces de los organismos portadores, la transmisión «fecal-oral» es la causa más probable que motiva la infección. No resulta extraño que la bacteria alcance la cadena alimenticia, pues dichas heces, dadas las circunstancias oportunas, pueden contaminar de igual forma suelos de cultivo, aguas o alimentos de consumo, como verduras u hortalizas. También es fácil encontrarla en aguas estancadas o residuales. Muchas personas aun estando infectadas no desarrollan ningún síntoma a lo largo de sus vidas y otras, en cambio, comienzan a manifestarlos al poco tiempo de producirse la infección.
¿Cuáles son los síntomas de Helicobacter pylori?
Lo primero que te podría hacer sospechar de una posible infección es la presencia de una febrícula y malestar estomacal, tal como ardores y reflujo, vómitos, así como un dolor punzante en el abdomen y/o sensación de hambre dolorosa dos horas después de haber ingerido alimentos. En líneas generales la sintomatología es análoga a la presencia de úlceras estomacales o duodenales, pues este es el efecto que tiene la bactería en nuestro organismo. De hecho, la presencia de úlceras en el estómago se asocian de base al estrés, al abuso de medicamentos antiinflamatorios y, una vez descubierta su existencia, especialmente a esta bacteria en cuestión.
¿Cómo sé si estoy infectado?
Una vez constatados los síntomas y tras la pertinente consulta al especialista, las pruebas que suelen utilizarse para confirmar la presencia de la bacteria en nuestro organismo son de tres tipos. La más invasiva es sin duda la biopsia, para lo cual el paciente tendrá que someterse a una endoscopia gástrica: (relato: Endoscopia: El peor día de mi vida), sin embargo, con análisis de sangre en busca de anticuerpos, y análisis de heces, suelen ser pruebas suficientes. Otra prueba que también suele emplearse es el “test de aliento” o prueba “carbón 14-urea”.
¿Cuáles son sus efectos en la salud?
La presencia de la bacteria en determinadas personas puede ser asintómatica, sin embargo, en otras puede causar verdaderos estragos, tales como esofagitis (Esofagitis por Reflujo Gástrico. Causas y Efectos), gastritis y úlceras pépticas, siendo finalmente una de las principales causas del cáncer de estómago.
¿Cómo me curo y elimino la bacteria de mi organismo?
Es indispensable la terapia con antibióticos (azitromicina, amoxicilina y metronidazol), durante un periodo de tiempo prolongado, junto con inhibidores de la bomba de protones: Omeprazol, o Ranitidina (antagonista H2). A grandes rasgos éste es el tratamiento farmacológico común, pero también debemos ayudarnos con la dieta, siendo la más recomendable aquella que nos ayude a mantener elevado el pH gástrico, es decir, evitaremos los ácidos en favor de los alimentos básicos.
Helicobacter pylori : consejos y remedios naturales:
Dada la gravedad de este proceso infeccioso lo más aconsejable es seguir las pautas recomendadas por el especialista médico que siga el caso, sin embargo, también existen una serie de recomendaciones que suelen apuntarse como remedios naturales para combatir la infección.
Entre los «productos naturales» más conocidos tenemos la miel de Manuka, originaria de Nueva Zelanda, cuyas propiedades antibacterianas se muestran efectivas a la hora de eliminar la bacteria.
Un efecto similar que también lo encontramos aceite esencial de citronella, por sus propiedades antibacterianas, fungicidas e antiinflamatorias. Otras sustancias, o antibióticos naturales bien conocidos son el ajo y la cebolla.
Suelen ser de ayuda las infusiones de regaliz, canela, hipérico o Jengibre. También el aceite de coco, las sustancias antocianidinas (pigmentos hidrosolubles presentes en las bayas de algunas frutas, como las uvas negras), o el zinc, que nos protege contra las úlceras.
Verduras y hortalizas como la zanahoria, el brócoli, las patatas o el apio, también son muy recomendables.
No obstante, de todas las recomendaciones la fundamental es tener nuestro sistema inmunológico en perfectas condiciones, y para ello es imprescindible llevar una vida sana.