¿Cuáles son las causas y los efectos del reflujo gástrico en la salud?

La esofagitis, o inflamación del esófago, es un efecto producido por la ascensión de reflujo gástrico, ácido clorhídrico que se produce en el estómago para la digestión de los alimentos. Si padecemos la sintomatología de lo que se conoce como ERGE (Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico) de forma puntual, o tras la ingesta de alimentos pesados para nuestro estómago, no existe motivo de preocupación, y por lo general es suficiente la aplicación de medidas correctoras en nuestros hábitos alimenticios, junto con la ingesta de antiácidos a demanda, tan comunes como el Bicarbonato, Alka-Seltzer, Almax o Gaviscon. Si los problemas persisten, ocasionando una incapacidad en el paciente para desarrollar una vida normal, entonces debemos realizar un estudio del caso, y determinar qué factores están produciendo las molestias por reflujo, así como la sintomatología asociada, como la odinofagia (dolor al tragar), o la pirosis (ardores).

Entre las causas habituales de la enfermedad por reflujo gástrico tenemos en primer lugar la hernia de hiato. Hablamos en este caso de una malformación, congénita o adquirida, que permite el retorno de los alimentos en proceso de digestión. La radiografía por contraste de bario es una prueba muy útil para observar cómo se produce el tránsito de los alimentos desde su ingesta hasta alcanzar el intestino. Es necesario que el paciente acuda a la prueba en ayunas, y antes de que ésta de comienzo, se le proporciona un vaso relleno de una sustancia líquida, ligeramente espesa, conocida como papilla de bario, junto con una pajita por la que tendrá que aspirar.

Para la realización de la prueba, radiografía por contraste de bario, se coloca al paciente tumbado sobre una plataforma móvil de rayos x, con el vaso y la pajita junto a su cabeza. A la orden del especialista, que le irá indicando en todo momento la posición, deberá absorber el contiendo del vaso y tragarlo, todo ello en varias tomas, inmediatamente tras las cuales se realizan las correspondientes radiografías. Una sesión normal puede requerir entre cinco y diez radiografías. Y una de las pruebas habituales es inclinar la plataforma varios grados sobre el plano horizontal (boca abajo), y observar si existe reflujo por acción de la gravedad (si la papilla de bario retorna por el esófago).

Tanto si la prueba por radiografía de contraste no resulta esclarecedora, como si se han encontrado evidencias de que existe algún problema, el siguiente paso es realizar una endoscopia alta: Endoscopia: El peor día de mi vida. Esta prueba permitirá al especialista determinar si existe, y en cuyo caso en qué grado, una hernia de hiato, así como observar las paredes del estómago, por si existiesen lesiones o gastritis.

Otro de los factores que puede estar produciendo la enfermedad por reflujo gastroesofácigo, es la infección por bacteria helicobacter pylori (Helicobacter pylori: gastritis, úlceras y cáncer de estómago), lo cual suele detectarse mediante dos pruebas muy comunes. Una, el análisis de las heces, y otra, a través de una prueba de aliento.

A menudo no existe una clara evidencia acerca de cuáles son las causas que están produciendo las molestias por reflujo, pues todas las pruebas anteriormente citadas no tienen por qué resultar concluyentes, y en cambio sí que existen lesiones en la mucosa esofágica (edemas, o ulceraciones), lo que sin duda entraña todo un desafío. La íntima conexión entre sistema nervioso y aparato digestivo, podría dar lugar en individuos propensos a ello a lo que se conoce como gastritis nerviosa. En habitual que en estos casos el gastroenterólogo le recete compuestos como la Xuxidina combinados con algún antiácido complejo como la ranitidina (Alquen), aunque de no atajar las situaciones de crisis emocional subyacentes, y adoptar hábitos de vida relajantes y saludables, difícilmente se atajará el problema. Otras veces sin embargo, la naturaleza del problema radica en alguna intolerancia o alergia alimenticia, la cual produce problemas digestivos, y por ello pesadez de estómago, ardores y reflujo. En cuyo caso es necesario y primordial identificar el alimento que daña el estómago del pacinte.

¿Cuáles son los efectos del reflujo gástrico? Desde los más leves, como son la erosión de la mucosa esofágica, junto con el estrechamiento del órgano a causa de repetidas cicatrizaciones, hasta las más graves, como es la formación de lo que se conoce como esófago de barrett. El esófago de barrett se produce por mutación de las células que recubren el epitelio, dando lugar a una situación precancerígena. Es por ello acudir al especialista si los síntomas perduran, y poder atajar el problema a tiempo. En la mayoría de los casos la actividad farmacológica con inhibidores de la bomba de protones como el Omeprazol, o la ranitidina, son suficientes para controlar los síntomas.

¿Qué alimentación es la más adecuada? Evitar cítricos. Los zumos de naranja y de limón no son recomendables, así como restringir todos aquellos alimentos que contribuyen a relajar el esfinter esofágico inferior, como son las especias, la menta, el chocolate, la cafeína, o el alcohol. También es importante introducir fibra y vegetales, hortalizas como las acelgas o las espinacas, todo ello con el objeto de mejorar el tránsito intestinal. Suprimir las bebidas gaseosas, los fritos y los guisos, optando en su lugar por comidas a la plancha o cocidas; es lo que se conoce como dieta blanda.

¿Remedios naturales? Existen muchos compuestos naturales de venta en herbolarios, herboristerías o farmacias que nos pueden ser útiles, como Iberogast de Bayer, o NeoBianacid, unas pastillas de Laboratorios Aboca para la acidez y el reflujo, entre otros muchos. Al margen de los más elaborados también tenemos los remedios más sencillos, de toda la vida, como son las infusiones o tisanas de manzanilla, hierba luisa, tila, salvia, jengibre o regaliz, de utilidad contrastada. De igual forma, el consumo de zanahorias o manzanas, tiene un importante efecto paliativo. La leche o las sales de bicarbonato también son muy utilizadas como remedio instantaneo aunque suelen tener un efecto rebote.

Como control postural, se recomienda elevar la cabecera de la cama entre 10 y 15 cm, así como no acostarse ni realizar esfuerzos hasta pasadas 2 o 3 horas después de las comidas.