Endoscopia digestiva alta. ¿Con o sin sedación? Relato de una experiencia real

Según se aproximaba la fatídica fecha, estaba cada vez más nervioso. Sin embargo, el día antes, e incluso el mismo día de hacerme la prueba, los nervios desaparecieron. En cierto modo me sentía liberado, y sabía que al fin me iba a quitar de encima un marrón de los gordos; y esto, paradójicamente, me hizo sentir bien. Fue un jueves por la tarde. Tenía cita para hacerme una endoscopia alta (gastroscopia), a las 16:15 horas. Debía ir en ayunas, y esto lo cumplí a rajatabla. De hecho, desde la cena del día anterior, excepto agua, no ingerí alimento alguno; literalmente me moría de hambre. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo de hacerme una endoscopia? Padezco desde hace tiempo pesadez de estómago, dolor y ardores en la parte baja de la faringe y, según pruebas anteriores, un otorrinolaringólogo me dijo que tenía un edema junto a las cuerdas vocales. Es curioso, porque además soy una persona que no puedo gritar. Si grito, esta zona me duele muchísimo. Es común que la causa de ello sea reflujo gastroesofágico. Si a esto además le añadimos unos episodios repentinos que padecí de ardores y acidez, por los cuales me sometí a una prueba de contraste, pues la endoscopia alta era más que aconsejable. Por lo tanto, me sometí a la prueba.

En el momento que la enfermera llamó por mi nombre un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. A continuación, en una sala aparte, y tras hacerme las preguntas de rigor (si eres alérgico, si es la primera vez, etc…), me hizo la pregunta del millón: ¿Qué prefieres, con sedación, o sin ella? Ante una pregunta así lo más lógico es decir con sedación, pero a la vista de que te animan precisamente de lo contrario, y que uno  lo que quiere es acabar lo antes posible, e irme a mi casa, pues dices… ¡bah, tampoco será para tanto! Sí, las pasaré putas unos minutos, y luego adiós. Además, por si esto fuese poco, la enfermera me animo, diciéndome «La chica que pasó antes que tú, también hizo la prueba sin sedación, y muy bien». En fin, machote que es uno, así que... ¡escogí sin sedación!

Debo decir que los profesionales que realizan este tipo de trabajos se tienen el cielo ganado. Las cosas como son, es desagradable hasta decir basta. Necesario sí, desagradable... ¡joder que sí! Y allí estaba yo, unos minutos más tarde sobre una camilla, recostado sobre el lado izquierdo y conectado a una máquina con un montón de cables que parecía sacada de uno de esos relatos pulp. Unos controlaban el ritmo cardíaco, y otros..., ni idea. El que más gracia me hizo fue el del oxígeno que te ponen en la nariz, que en mi caso no sirvió para nada. Pasé de él, respirando todo el rato por la boca, a bocanadas, con cada una como si fuese la última. También me hizo gracia la pinza que te ponen en los dedos para medir no sé qué; voló por los aires con la primera arcada.

Y empieza la función. La boca no la puedes cerrar, te ponen un protector de plástico con un agujero en el centro que es por donde pasa el tubo de la endoscopia. Dicen que este tipo de pruebas no duele, que solo es molesta ¡y una mierda! El dolor que experimenté en la garganta, en la zona que además tengo dañada, fue horrible. Y eso hay que sumarle las arcadas que te pegan según se mueve el tubo. Vómito va, vómito viene. En un momento dado eché la mano al tubo para sacármelo de un tirón. Menos mal que la enfermera estuvo rauda, porque hubiese hecho un estropicio de los gordos. Me agarraron los brazos, y me lo impidieron. Y también menos mal que tenía el protector bucal, que si no hubiese mordido el tubo, y me lo hubiese tragado. Dicen que cuesta unos 6000 euros, yo no sé si es verdad, pero si lo es, y me lo trago, es mío.

La prueba no dura mucho. Unos tres o cuatro minutos más o menos. Minutos que no olvidaré en mi vida. Y dicen que las colonoscopias son peor. ¿Peor? Pues a mí esta no me quedaron ganas de repetirla. Incluso al terminar, la sensación de alivio no era suficiente. La garganta me dolía a rabiar, y ni siquera podía tragar saliva. Horrible. Y aun por encima aguantando los mensajes de coña de los amigos… «¡pringao, seguro que te han metido por la boca el mismo tubo con el que le hicieron la colonoscopia al anterior, y ni lo habrán pasado por el agua, que estamos en crisis!» Ni gracia, oiga.

¿Y los resultados? Pues no sé, lo único que me han dicho es que tengo hematoma en la parte baja de la garganta, el esófago está bien, y el estómago presenta una inflamación, que a saber de dónde viene. Igual es alguna intolerancia, ya se verá. Ahora toca esperar los resultados de la biopsia, y escuchar al médico, con el que tengo cita para dentro de un par de meses.

Actualización: Diagnóstico: Gastritis Antral Crónica. No tengo hernia de hiato, ni tampoco la dichosa bacteria Helicobacter Pylori: Helicobacter pylori: gastritis, úlceras y cáncer de estómago; solo un estómago ruinoso al que le sienta mal el estrés y un montón de alimentos que aún no soy capaz de determinar.